¿Qué pasa en Nicaragua?

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27/05/2022
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La situación en Nicaragua es cada vez más difícil para los católicos.  

La dictadura de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo ha entrado en una fase de agresiva hostilidad hacia la Iglesia católica.  

Para comprenderla hay que remontarse a abril de 2018 cuando el gobierno lanzó una reforma de las pensiones y muchos salieron a la calle a protestar contra ella.   

Las fuerzas progubernamentales respondieron con violencia en las calles y Nicaragua entró una grave crisis política y económica; que desencadenó nuevas protestas para solicitar reformas democráticas.  

Piensen que para reprimir las protestas acabaron con la vida de al menos 355 personas. Hubo miles de heridos, y unas 100 mil personas se han exiliado.   

La Iglesia católica y otras organizaciones mostraron públicamente su preocupación por la situación y criticaron la política represiva del Gobierno. Una petición que se escuchó también en Roma.  

FRANCISCO “Expreso mi cercanía en la oración a ese país, y me uno a los obispos en la petición de que cese cualquier tipo de violencia, que se evite un inútil esparcimiento de sangre y las cuestiones abiertas se resuelvan pacíficamente y con sentido de responsabilidad”.  

Los obispos no se limitaron a protestar. El 21 de junio de 2018, en la localidad de Masaya, evitaron una auténtica masacre así: Atravesaron las barricadas con la Eucaristía en procesión.  

El cardenal arzobispo de Managua Leopoldo Brenes viajó en aquellos meses al Vaticano para explicar la crisis al Papa y pudimos hablar con él para conocer la situación.  

CARD. LEOPOLDO BRENES Arzobispo de Managua, Nicaragua “Lo habíamos visto en las dos guerras que hemos tenido donde han muerto más de 50.000 personas, pero había personas armadas. Un grupo armado contra otro grupo armado. Pero en este caso no. Ha sido contra personas que iban caminando por la calle sin arma o alguien detrás de una barricada, quizá con un mortero... Entonces esto es mucho más duro que una guerra”.  

Durante las protestas, muchos jóvenes se refugiaron en las iglesias, que inmediatamente fueron rodeadas por las fuerzas de quienes apoyaban al gobierno.  

En julio de 2018, el cardenal y el nuncio tuvieron que ir personalmente a la parroquia de la Divina Misericordia para rescatar a 100 estudiantes que durante toda la noche fueron atacados por paramilitares. Uno de los jóvenes falleció. Y sus compañeros los despidieron con el himno de Nicaragua.  

Los violentos actuaron incluso contra el nuncio del Papa, Waldemar Stanislaw Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y su obispo auxiliar Silvio José Báez.  

Monseñor Báez publicó en la foto de las heridas y contó que había sido “golpeado en el estómago” y que le “arrebataron las insignias episcopales”.  

MONS. SILVIO JOSÉ BÁEZ Obispo auxiliar de Managua (Nicaragua) “Alfonso, esto no es nada para lo que está sufriendo el pueblo de Nicaragua. Los obispos hemos podido constatar de persona el rostro agresivo asesino de la estructura que está dominando Nicaragua en este momento. Varios obispos hemos sido objeto de agresión física y verbal”.  

El Informe “Nicaragua, ¿Una Iglesia perseguida?” de una abogada nicaragüense ha contabilizado 190 ataques desde 2018 hasta la actualidad.  

Aclara que no está claro el papel del presidente, pero sí que fueron planeados y ejecutados por sus seguidores.  

Esta escena se vivió en la catedral de Managua en noviembre de 2019.   

Otro ejemplo, fue el ataque con un cóctel molotov contra una imagen de Cristo en la catedral de Managua.   

“¿Por qué lo hicieron así, Señor?” 

MONS. SILVIO JOSÉ BÁEZ Obispo auxiliar de Managua, Nicaragua “Se trata de una serie de problemas que pusieron a la Iglesia en una situación muy difícil. El Gobierno comenzó a ver a la Iglesia con mucha atención, como un potencial enemigo que, con una voz clara, muy crítica, pero sobre todo muy escuchada. Y esto era lo que más molestaba. Que las personas escuchan a la Iglesia, escuchan a los obispos”.  

Silvio Báez José es obispo auxiliar de Managua e icono de esta crisis.  

En enero de 2019, el Papa le pidió que se marchara de Nicaragua por las insistentes amenazas de muerte que recibió de radicales sandinistas. Actualmente se encuentra en Miami, junto a su familia, que vive allí exiliada.  

MONS. SILVIO JOSÉ BÁEZ Obispo auxiliar de Managua, Nicaragua “Yo no hubiese salido de Nicaragua, no hubiese dejado jamás el país. Como pastor me siento de corazón cerca de las personas. Aunque estoy afuera me siento continuamente dentro, estoy allí con las personas; a través de las redes sociales y sobre todo con la oración”. 

En marzo de 2022, el gobierno de Daniel Ortega retiró el beneplácito al nuncio del Papa, y le impuso que abandonara inmediatamente el país.  

Pero esta hostilidad no se limita a la Iglesia. En abril, la policía nicaragüense arrestó al cantante Josué Monroy y a tres productores musicales, por haber criticado con su música la represión y las violaciones a los derechos humanos de los policías y paramilitares sandinistas.  

El régimen sandinista también ha anunciado que se va de la Organización de Estados Americanos (OEA), y ha ocupado su sede en Managua.  

La mala noticia para la Iglesia es que el nivel de hostilidad va a empeorar. La Asamblea Nacional de Nicaragua, formada al 80% sandinistas, ha aprobado un “informe” que acusa a la Iglesia católica de haber apoyado con sus homilías las protestas civiles de 2018, y pone las bases para criminalizar a religiosos y confiscar sus propiedades.  

Por ejemplo, ya ha interrumpido la emisión del Canal Católico de Nicaragua, el Canal 51, que ahora sólo puede verse por Internet.  

Y ha lanzado una campaña de acoso contra uno de los obispos más activos, Rolando José Álvarez, que ha respondido con una campaña de ayuno y oración.  

También han impuesto que los policías acompañen “por seguridad” al cardenal Brenes. No es el primer régimen totalitario que actúa así con quienes le recuerdan sus errores y contradicciones.  

Con su estrategia de odio e intimidación parece que Daniel Ortega quiere silenciar las únicas dos voces que pueden alzar la voz en Nicaragua: la Iglesia Católica y los defensores de derechos humanos. Después de años intentándolo, está consiguiendo todo lo contrario.  

JMB 

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