El 13 de mayo de 1981 pasó a la historia por este momento.
Han pasado más de 40 años pero su recuerdo permanece imborrable. Así nos lo recordaba en 2016 uno de los enfermeros que lo trató.
LEONARDO PORZIA
Enfermero
“El Santo Padre estaba encorbado hacia un lado pero consciente. Lo sostenía su secretario. Lo tomé en brazos... Pesaba, pesaba mucho y me manchó de sangre. Lo apoyé contra mi pecho y lo puse en la camilla. Después llegó la ambulancia del Papa y lo metimos ahí. El vehículo se llenó de tanta gente que la sirena de la ambulancia se averió”.
Y así vivió ese momento el cardenal Giovanni Battista Re, que por entonces estaba en secretaría de Estado.
CARD. GIOVANNI BATTISTA RE
“Nos llaman y dicen: han disparado al Papa. FLASH. Para nosotros fue una profunda sacudida. Era impensable que alguien disparase al Papa”
Pero para Juan Pablo II sobrevivir a ese atentado fue más que una cuestión de suerte. Para él supuso un milagro. Atribuyó su curación a la Virgen de Fátima y de hecho, un año después, fue hasta allí como peregrino.
La relación entre Juan Pablo II y Fátima se estrechó tanto, hasta el punto que en 1984 el Papa polaco consagró Rusia al inmaculado corazón de la Virgen, tal y como ella había pedido en 1917 a los tres partorcillos en Portugal.
La consagración fue un gesto que no pasó desapercibido para papas como el actual, que ha decidido realizar gestos semejantes en momentos duros como la actual guerra en Ucrania.
NATS consacrazione 25 marzo
JRB