El arzobispo mayor de la Iglesia grecocatólica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, compartió un emocionante testimonio en una conferencia del Pontificio Instituto Oriental. Allí reveló que, desde el inicio de la guerra, su nombre figura en una lista negra de objetivos a asesinar.
SVIATOSLAV SHEVCHUK
Arzobispo mayor Iglesia grecocatólica ucraniana
Hemos descubierto que durante los primeros días de guerra todos nosotros, sobre todo los líderes religiosos, estábamos en una lista de personas a eliminar. Hemos descubierto que en la comunidad parroquial de la catedral de Kiev había infiltrados que resultaron ser un grupo de asalto.
Según la información que maneja Shevchuk, varios soldados tenían órdenes de atacar la catedral y se habían infiltrado en el coro y el grupo juvenil. Buscaron camuflarse entre los civiles que el primer día de guerra se refugiaron en los sótanos del templo. El arzobispo dice que jamás imaginó que la catedral se convertiría en un refugio antiaéreo.
SVIATOSLAV SHEVCHUK
Arzobispo mayor Iglesia grecocatólica ucraniana
Recuerdo que la primera noche de guerra, bajo nuestra catedral, en la cripta, recibimos a casi 500 personas.
Es interesante que este grupo de asalto quisiera entrar también en el refugio subterráneo para disparar a la gente.
El arzobispo mayor de la Iglesia grecocatólica también narró los combates que hubo alrededor de la catedral y describió los primeros días como apocalípticos. En varios momentos rompió a llorar, sobre todo al recordar las historias de sacerdotes atrapados en el frente.
SVIATOSLAV SHEVCHUK
Arzobispo mayor Iglesia grecocatólica ucraniana
Cuando maten a un sacerdote, a ese no le veremos más. Y esto desgraciadamente sucede, tanta sangre inocente.
Sviatoslav Shevchuk se volvió especialmente conocido durante la guerra por sus videomensajes de cinco minutos que fueron, para muchas personas como el embajador ucraniano ante la Santa Sede, su principal fuente de información.
RM