La Unión Europea ha permitido a los refugiados transitar libremente por las fronteras, pero son cientos de miles y encontrar comida y alojamiento en tan poco tiempo es complicado.
Aunque donde no llegan las autoridades llega la solidaridad de la ciudadanía o estos sacerdotes, por ejemplo.
JUAN
Sacerdote en Polonia
“Mi corazón y mi cabeza me dicen que tengo que estar aquí. Este tiempo de Cuaresma es un buen momento para dedicarnos a Cristo y estar donde hay gente necesitada.
Como sacerdote no tengo una tarea especial pero quiero transmitir caridad, esperanza y amor”.
PEDRO
Sacerdote en Polonia
'No tengo una tarea concreta, ayudo dónde hay necesidades: si alguien está llorando voy a hablar con él y si alguien necesita dormir tenemos a disposición la parroquia”.
Y a pesar de que la mayoría de las personas en Ucrania son ortodoxas, Pedro, explica que ayuda a las personas sin tener en cuenta su religión.
PEDRO
Sacerdote en Polonia
“Hay muchos sacerdotes trabajando aquí y cuando se trata de ayudar a las personas no piensan en la religión.
Como dice Francisco cada persona es importante independientemente de su religión”.
Mientras, desde Médicos Sin Fronteras, uno de sus operadores que se encuentra bloqueado en Mariupol, ha declarado que las personas siguen sin agua potable y sin medicamentos desde hace ya más de una semana.
Desde Ucrania también, a 50 kilómetros de Kiev, Olga y su familia están viviendo una situación de miedo y angustia por las bombas.
OLGA
“Amo mi ciudad, amo a mi país, soy muy patriota y sé que mi ejército me protege, si todos los ucranianos se van, ¿qué van a proteger? ¿Sólo el suelo? No. No funciona así. Por eso no me voy a ir'.
Por el momento, en su localidad, pueden seguir trabajando, comprando alimentos y salir a la calle a pasear. Aunque de fondo no paran de oir el retumbar de las bombas.
OLGA
“Da mucho miedo, sobre todo por la noche, te despiertas por las explosiones. Te tranquilizas pensando que está lejos de casa y que estás a salvo. Ves el cielo naranja, ves cohetes volando, son cosas terribles. No puedo imaginarme cómo lo vive la gente que vive en los puntos de ataque”.
De hecho, en ocasiones, Olga debe correr para ponerse a salvo, como en esta misma entrevista.
OLGA
'Espera un momento, por favor. Necesito preguntarle a alguien qué hacer'.
OLGA
'Lo siento mucho, necesito ir a refugiarme bajo tierra porque tengo algunos problemas. Lo siento, tengo que irme. Podemos continuar nuestra conversación tal vez más tarde, en una hora estaré de vuelta, lo siento, pero ... no ahora tengo que irme, lo siento'.
Olga está a salvo con su familia, pero tuvieron que refugiarse en los búnker porque un avión del ejército ucraniano fue atacado mientras volaba dirección a Kiev y los ataques de Rusia se escuchaban y se sentían desde su ciudad, a 50 kilómetros de la capital.
SOT
