El Papa concluye su semana de ejercicios espirituales y retoma su apretada agenda de citas, entre ellas un encuentro con el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Como el inicio de cada Cuaresma, el Papa junto con la Curia Vaticana dedicó una semana a participar en los Ejercicios Espirituales.
Aunque el Santo Padre inició la práctica de viajar fuera de Roma para realizar los ejercicios espirituales en grupo, este año se realizaron individualmente en el Vaticano debido al la COVID-19.
Durante ese tiempo, Francisco no tuvo ninguna cita pública y suspendió su Audiencia General semanal.
El único acto público al que asistió el Papa fue la misa funeral del cardenal Agostino Cacciavillan, en la que pronunció el rito de Encomio Final y Valedura.
Tampoco asistió a la catequesis de clausura de los ejercicios espirituales impartida por el Predicador de la Casa Pontificia, el cardenal Raniero Cantalamessa, en la que recordó a la Curia que su posición en la Iglesia proviene de una llamada personal de Jesús, y no sólo del sacramento de la ordenación sacerdotal.
RANIERO CANTALAMESSA
“Nos da, por así decirlo, la autorización para hacer ciertas cosas, pero no la autoridad”.
Una semana libre de obligaciones públicas llega en un buen momento para el Papa, ya que, su médico dijo que necesita descansar para no agravar sus problemas de rodilla.
Ahora, el Papa vuelve a su rutina, y comenzará a preparar una serie de reuniones importantes en el Vaticano, además del viaje de dos días a Malta que tiene programado a principios de abril.
JM