La comunidad ucraniana en Roma se organiza para responder al desafío de la guerra. Llevan toda la semana cargando camiones de comida y medicamentos para enviarlos a su país. Llenan varios al día.
DON MARCO
Rector de la basílica de Santa Sofía de Roma
“Estamos cargando el cuarto camión y aún esperamos cargar un quinto hoy. Queremos que todo lo recolectado llegue a Ucrania lo antes posible y se reparta entre los necesitados”.
Se reúnen en la Basílica Santa Sofía de Roma, la iglesia de referencia para su comunidad. Aquí rezan los domingos e imparten catequesis. Sin embargo, la semana pasada llegaron inesperadamente cientos de personas con donativos y se vieron obligados a cancelar el resto de actividades. Lo cuenta esta catequista.
ALESSIA
Ucraniana en Roma
“En cierto punto llegó tanta gente que tuvimos que parar las clases y nos metimos todos juntos: niños, profesores y catequistas... A hacer este servicio”.
El rector de la basílica está muy impresionado con la reacción de los ucranianos e italianos que se unieron espontáneamente al ver mensajes en redes sociales contando lo que están haciendo.
DON MARCO
Rector de la basílica de Santa Sofía de Roma
“Han respondido con un gran amor a la Patria y a su pueblo. Se han volcado como voluntarios tras ver una petición muy sencilla a través de redes sociales. No esperábamos esta respuesta. Estamos muy agradecidos a Dios, al pueblo ucraniano y al italiano por su solidaridad y fraternidad”.
Alessia es una más de las ucranianas refugiadas en Roma. Lleva aquí desde 2014 cuando Rusia invadió Crimea. Para ella, la guerra no es nada nuevo.
-“En realidad llevamos combatiendo desde hace ocho años”
Se encuentra bien y aprendió italiano muy rápido, pero su familia decidió quedarse en Ucrania. Cuando vio las últimas noticias de la invasión rusa, sufrió una crisis muy fuerte.
ALESSIA
Ucraniana en Roma
“Los dos primeros días tenía un estrés terrible, lloraba y casi sufrí una depresión. Ahora todo ha cambiado porque no veo las noticias, no soy capaz. Hago voluntariado aquí 24 horas los siete días de la semana y así consigo ayudar a mi pueblo”.
Alessia ha decidido volcarse en esta iniciativa para hacer lo que esté en su mano por ayudar a su pueblo. Dio su número de teléfono a un par de personas y ahora recibe llamadas de toda Italia. Sabe que muchas ciudades han sido reducidas a escombros, pero eso no es lo que le preocupa.
ALESSIA
Ucraniana en Roma
“Esto no importa. Importan las personas. Tengo un montón de amigos que llevan cuatro días bajo tierra. Es una cosa terrible porque no sabemos cómo están, no tienen Internet y no nos pueden decir”.
Pero a pesar de no tener noticias, estos ucranianos siguen organizándose y piden al resto de países oraciones y ayuda humanitaria.
RM