Ante el avance de las tropas rusas en Ucrania, surgen dudas sobre si los ucranianos serán libres de practicar su fe.
El 67% de los ucranianos son cristianos ortodoxos, de los cuales casi el 30% pertenecen al Patriarcado de Kiev, el 13% al Patriarcado de Moscú, y el resto no se identifican.
Casi el 10% de la población pertenecen a la Iglesia greco-católica ucraniana. Su arzobispo mayor, Sviatoslav Shevchuk, advierte que Ucrania podría convertirse en un “campo de muerte” tras la invasión.
La “International Partnership for Human Rights” denuncia que grupos rebeldes han hostigado a los cristianos la las regiones de habla rusa del Este del país que no pertenecen al Patriarcado de Moscú, y muchos obispos del Patriarcado de Kiev fueron obligados a abandonar la zona.
Y en Crimea, anexionada a Rusia desde 2014, miembros de la comunidad ortodoxa ucraniana y otros grupos religiosos han sido víctimas de acoso, y algunos se han visto obligados a marcharse.
También se está movilizando “Ayuda a la Iglesia Necesitada” para proteger la libertad religiosa en Ucrania, y ya se ha comprometido a enviar un millón de euros para apoyar a sacerdotes y comunidades religiosas.
Sin duda, las comunidades religiosas tienen un papel importante en este momento, tanto para apoyar a su pueblo en la guerra, como para apoyarlo en la incertidumbre y en la futura reconstrucción.
JM
Traducción: JMB