El fenómeno de Guadalupe marcó un antes y después de la evangelización en México y en todo el continente americano.
Ahora, con la vista puesta en el Jubileo de 2031, por los los 500 años de las apariciones, la Pontificia Comisión para América Latina confía en este legado para recuperar la cohesión social.
RODRIGO GUERRA LÓPEZ
Secretario, Pontificia Comisión América Latina
“Guadalupe, en el siglo XVI, fue el factor fundamental, a nivel empírico, no solo de fe, sino empírico, de una manera sociológicamente identificable, María de Guadalupe ayudó a reconciliar a dos pueblos enemistados”.
Al arrodillarse juntos ante la misma imagen, indios y españoles se fusionaron como pueblo. Y ese modelo de reconciliación puede volver a ser eficaz.
RODRIGO GUERRA LÓPEZ
Secretario, Pontificia Comisión América Latina
“Hoy, y es nuestra gran apuesta en la Comisión para América Latina, María de Guadalupe no solo es una devoción para la vida privada, sino es un programa para reconstruir el tejido social. Para ayudar a que desde el fondo del corazón, con conversión cristiana sincera, podamos contribuir a que nuestras sociedades no se violenten”.
El hecho de que Juan Diego, un laico y de condición humilde, fuera la persona que lleva el mensaje de la Virgen al obispo, aporta más actualidad a un mensaje de hace 500 años.
RODRIGO GUERRA LÓPEZ
Secretario, Pontificia Comisión América Latina
“El acontecimiento guadalupano nos recuerda que Dios por lo general escoge a los últimos, a los más débiles, a quienes se sienten sin fuerzas e incapaces. Para ser más explícito que es Dios quien actúa, a través de esos medios, para transformar el mundo”.
Quedan nueve años para el Jubileo, pero Rodrigo Guerra López piensa que ya es el momento de comenzar un recorrido que ayude a toda la Iglesia de América Latina.
AO