El Papa ha mantenido un encuentro muy especial. Sus invitados eran prisioneros de cárceles, refugiados de guerra y madres solteras.
Desde hace años trabajan para la fundación “Casa dello spirito e delle arti”, fundada por este filósofo, escritor y poeta.
ARNOLDO MOSCA MONDADORI
“Los protagonistas, el corazón de nuestra fundación, son personas que provienen de situaciones de gran dificultad, que viven la experiencia de la cárcel, la guerra y la marginación”.
Esta fundación da trabajo a decenas de personas en cárceles de muchos países, por ejemplo confeccionando hostias para la Misa.
FRANCISCO
'Vosotros dais un mensaje que se opone a la cultura del descarte, que por desgracia está muy extendida. Vosotros intentáis construir, con “piedras desechadas”, una casa donde haya un clima de amistad social y fraternidad'.
El Papa pudo escuchar algunas notas del “Violín del mar”, realizado con restos de barcazas de migrantes que han naufragado.
También escuchó a una de sus orquestas multiétnicas, con las que recuerdan que el poder de la música y del arte es más fuerte que cualquier división étnica o social.
JMB