Para elaborar el informe sobre cómo fueron afrontados los casos de abuso en la archidiócesis de Múnich-Frisinga, los investigadores pidieron la colaboración de Benedicto XVI, que fue su arzobispo entre 1977 y 1982.
Benedicto les envió un documento de 82 páginas sobre los casos más complejos de su gestión.
Pero los estudiosos le acusan de no haber actuado ante cuatro casos de abusos, especialmente en el de dos sacerdotes acusados de haber cometido actos obscenos ante menores.
Benedicto XVI explicó que no había tomado otras medidas porque en aquella época ese tipo de abusos no tenían relevancia penal ni canónica; y que en otros casos no fue informado de lo ocurrido.
Los investigadores incluyeron la declaración de Benedicto XVI, pero dicen que no están de acuerdo.
El Papa emérito, a través de su secretario particular, Georg Gänswein, ha dicho que estudiará con calma el informe de más de 1.000 páginas, que recibió nada más hacerse público.
Además reiteró su disgusto y vergüenza ante todos los abusos cometidos por sacerdotes, y su cercanía a todas las víctimas.
Benedicto XVI ha sido el primer Papa que se ha reunido con víctimas de abusos.
JRB