FRANCISCO
'Rezo por ellos y por sus familias, y deseo que vuelva lo antes posible la armonía social a través de la búsqueda del diálogo de la justicia y del bien común. Confío el pueblo kazajo a la protección de la Virgen'.
Estas fueron las palabras que el Papa dedicó al pueblo de Kazajistán, que desde el 2 de enero ha presenciado multitudinarias manifestaciones debido a la subida de los precios de los combustibles y la represión por parte del ejército kazajo y las fuerzas rusas.
Desde Almaty, centro de las protestas, el obispo católico José Luis Mumbiela reconoce la importancia que tuvieron las palabras de Francisco en su país.
MONS. JOSÉ LUIS MUMBIELA
Obispo de Almaty (Kazajistán)
“Nos hemos sentido muy acompañados por esas oraciones motivadas sobre todo por esa iniciativa tan fraternal del Santo Padre que agradecemos y notamos”.
Kazajistán vivió ya una primera gran crisis, con consecuencias en la actualidad, tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y su independecia de la Unión Soviética en 1991. El obispo español fue testigo de las consecuencias desde su llegada al país asiático en 1998 y su nombraminto en 2011.
MONS. JOSÉ LUIS MUMBIELA
Obispo de Almaty (Kazajistán)
“Tiempos de violencia, vandalismo y saqueo, de nerviosismo, sobre todo aquí en Almaty. Pero ahora, gracias a Dios y a las gestiones que se han hecho la situación está muchísimo más calmada, ya se recobra la normalidad”.
José Luis Mumbiela confía en los kazajos para salir adelante en esta situación, como ya hicieron en crisis anteriores.
MONS. JOSÉ LUIS MUMBIELA
Obispo de Almaty (Kazajistán)
“Soñamos con ese Kazajistán que es hermoso, que es una realidad, donde todos podemos convivir pacíficamente y encomendamos aquellos que tienen el poder para gobernar el pueblo a encontrar esos puentes de fraternidad que decía el Papa”.
José Luis Mumbiela trabaja para continuar creando puentes entre generaciones y un mejor futuro para el pueblo kazajo.
BGA