María Bernardetta de la Inmaculada nació en Italia, en 1918. A los 17 años ingresó a la congregación de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José.
Durante su vida como religiosa se dedicó a colaborar en la formación de sacerdotes y monjas. Su vocación la llevó a vivir en Argentina y a conocer a Jorge Mario Bergoglio.
MADRE GREGORIA
Hermanas Pobres Bonaerenses de San José
“Vuelve a Buenos Aires y ahí va a trabajar, a colaborar en la casa de ejercicio espiritual de San Ignacio de Loyola y al lado funciona el noviciado de los Jesuitas. En aquel entonces estaba el padre como rector y también como encargado del noviciado provincial Jorge Mario Bergoglio, nuestro actual Papa Francisco”.
En Argentina apoyó a los seminaristas en su camino de formación. Explican que tenía una calidez que generaba confianza.
MADRE GREGORIA
Hermanas Pobres Bonaerenses de San José
“Sor Bernarda acompañaba a los seminaristas cuando estaban muy decaídos, para levantarle el ánimo, como madre espiritual”.
Sus últimos años de vida los vivió en Roma. En 2001, su salud estaba frágil y recibió una visita especial.
MADRE GREGORIA
Hermanas Pobres Bonaerenses de San José
“Yo justo estuve aquí en el 2001, ella estaba viva, y muere el 12 de diciembre. Y el cardenal (Jorge Mario Bergoglio) vino el 2 de diciembre y le pidió la unción. Él le dijo que venía en febrero, que no se preocupe. Entonces, ella dijo: 'No, porque no me vas a encontrar'. Y muere en diciembre. Él se apuró al otro día y le trajo la unción”.
Por su ejemplo de servicio se inició la causa de beatificación en 2019. Las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José esperan el próximo año cerrar la fase local para llevar el proceso en el Vaticano.
XSA