El pabellón de la Santa Sede en la Expo de Dubai es una mano tendida al mundo musulmán.
Hasta aquí el Vaticano ha traído obras como esta reproducción de una obra de Giotto sobre el encuentro entre San Francisco y el sultán de Egipto.
TOMASZ TRAFNY
Pontificio Consejo para la Cultura
“Probablemente somos el único pabellón no comercial de toda la Expo. Pero es importante porque su mensaje invita a los visitadores a reflexionar sobre el diálogo, la fraternidad y sobre todo la capacidad de abrir el corazón y la mente a los demás”.
Hay otra obra que está gustando mucho a visitadores musulmanes. Se trata de un manuscrito original.
Perteneció a la llamada “Casa de la Sabiduría de Bagdad”, la rica biblioteca que en el siglo XIII fue arrasada por los mongoles. Era considerada el principal centro intelectual en la Edad de Oro del Islam.
TOMASZ TRAFNY
Pontificio Consejo para la Cultura
“Es lo único que queda de la Casa de la Sabiduría de Bagdad. Aquí tenemos manuscritos originales así que, para los visitadores árabes son de un enorme valor simbólico y cultural”.
El manuscrito es una obra de valor incalculable y fue prestado por la Biblioteca Apostólica Vaticana, donde sólo pueden consultarla estudiosos. Es una oportunidad única de contemplar este manuscrito.
TOMASZ TRAFNY
Pontificio Consejo para la Cultura
“Tenemos muchos visitantes, también árabes. Hace algunos días vinieron dos mujeres que al terminar el recorrido dijeron: queremos llevar aquí a nuestros hijos para que aprendan qué quiere decir diálogo, la importancia del encuentro, del respeto”.
El pabellón no es una simple exposición. Es mucho más. Se trata de un gesto, una mano que la Santa Sede tiende al mundo islámico para fortalecer lazos y recordar más lo que une que lo que separa.
JRB
AA
