Por la Plaza de San Pedro en el Vaticano han pasado nacimientos de todo tipo de estilos y distintos orígenes.
Normalmente, se usaban las figuras del nacimiento tradicional y no había margen para cambios, pero en 2020, el Vaticano sorprendió con este pesebre proveniente de la región de Abruzzo. Entre las figuras destacaba un astronauta, que sugería el mensaje de que Dios está en todas partes. Pero aunque este nacimiento fuera más moderno, algunos visitantes lo tildaron de “frío”.
“Parece algo un poco...”
“Frío”.
“Yo habría preferido un pesebre más tradicional. Este me parece un poco frío. En este clima de virus donde no nos podemos abrazar ni tocar, quizás un pesebre tradicional habría ayudado también a afrontar esta situación y a vivir mejor la Navidad”.
El de 2019 fue totalmente diferente. Estaba ambientado en el típico pueblo alpino italiano del siglo XX.
Los vestidos fueron cedidos por los propios habitantes de la zona. Pero lo más característico de este pesebre fue que la madera con la que se hizo provenía de una tragedia climática: el temporal que sacudió el noreste de Italia en 2018.
LORENZA ROPELATO
Ayuntamiento de Scurelle (Italia)
“Ha sido una ocasión para restablecer los lazos entre nosotros. El hecho de poner a disposición cosas personales para el pesebre nos ha hecho volver a descubrir la solidaridad entre nosotros”.
Un pesebre que sorprendió por la belleza de sus figuras y su originalidad fue el de 2017, proveniente de la Abadía Territorial de Montevergine en el sur de Italia. El Jubileo de la Misericordia había terminado pero las figuras de la plaza de San Pedro representaban todas las obras de misericordia, como visitar a los encarcelados, cuidar de los enfermos o dar de comer al hambriento.
El pesebre de 2013 fue especialmente hermoso. Vino de Nápoles. Sus figuras procedían de un nacimiento preparado por el sacerdote San Vicente Pallotti en 1842.
En 2012 el nacimiento se inspiró en la ciudad de Matera, en Italia. A las más de cien figuras, añadieron la visitación de María a Santa Isabel. También, como peculiaridad, apartaron de la escena principal a la mula y al buey.
El de las Navidades de 2007 tenía algo peculiar: estaba ambientado en la ciudad de Nazaret, no en Belén, para señalar la importancia de San José.
Este año se espera con expectación el primer nacimiento que viene de América, de los Andes.
BSB
