Los empleados del Vaticano y sus familias se reunieron en el Aula Pablo VI para el discurso anual de Navidad del Papa.
Francisco dedicó buena parte del tiempo a destacar la importancia de la familia y del cuidado activo de los ancianos y los abuelos. Incluso dejó de lado su discurso para contar una anécdota sobre un padre que construyó una mesa separada para el abuelo, porque siempre hacía un desastre mientras comía.
FRANCISCO
'Una semana después llega a casa y encuentra a su hijo de diez años jugando con madera, con clavos, con un martillo. '¿Qué estás haciendo?' 'Una mesa de café, papá'. “¿Pero por qué?” “Para ti. Para cuando seas viejo”. No olvidemos que lo que sembramos, nuestros hijos lo harán con nosotros. Por favor, no descuides a los abuelos'.
El Papa Francisco también reconoció la tensión que la pandemia ha supuesto para el mercado laboral y aseguró a los empleados que el Vaticano sigue esforzándose para que nadie se quede sin trabajo.
El Papa les a pedir la intercesión de San José en su trabajo y familia, y a que imiten su ejemplo de confianza en Dios.
Tras la bendición final, el Papa recorrió la sala saludando a los empleados y a sus familias. Parecía especialmente alegre al saludar a los niños.
Incluso bromeó haciendo como que firmaba la frente de una niña.
Fue una ocasión festiva para los empleados del Vaticano, sus familias y, por supuesto, para su jefe, Francisco.
CT
TR: BGA