En la catequesis de la audiencia general, Francisco reflexionó sobre cómo la vida frenética actual favorece la superficialidad, caer en el chisme o en una incapacidad total para pensar o rezar.
FRANCISCO
'Muchas veces, que cada uno se examine por dentro, estamos trabajando y al terminar inmediatamente buscamos el teléfono móvil para hacer otra cosa. Siempre hacemos eso y no ayuda. Esto nos hace caer en la superficialidad.'
Como contraste puso a la figura de San José. Francisco destacó cómo su silencio y sus buenas obras chocan contra los que mucho hablan y poco hacen.
FRANCISCO
'Silencio, palabras fecundas cuando hablemos. Recordamos la canción de mina 'Palabras, palabras, palabras' y ninguna sustancia. Silencio, hablar lo justo, morderse un poco la lengua, que a veces hace bien, en lugar de, a veces, decir estupideces'.
Para el Papa, el silencio no es simplemente estar callados, sino una actitud serena que permite forjar una personalidad fuerte y no dejarse llevar por la superficialidad.
JRB
VM