El día de la Virgen de Guadalupe fue una fiesta muy sentida.
Este año no se celebró la misa por motivos litúrgicos, porque el domingo de adviento tiene preferencia sobre otras fiestas. Sin embargo eso no impidió a los latinoamericanos desplazarse hasta el Vaticano para festejar.
Incluso vino un grupo de mariachis.
Había mexicanos, peruanos, guatemaltecos y nicaragüenses.
Todos acudieron a la plaza de San Pedro para rezar el rosario y estar con el Papa, que se asomó puntualmente a la ventana de los apartamentos pontificios y habló en español a los peregrinos.
FRANCISCO
'¡Los felicito! Felicito a ustedes que con este gesto se han unido a quienes desde Alaska hasta la Patagonia festejan a Santa María de Guadalupe'.
El Papa dijo que la historia de Guadalupe es un ejemplo de cómo la Virgen puede unir a todo un pueblo e invitó a una nueva conversión en toda América Latina.
FRANCISCO
'Dios que es comunión, animará la conversión y la renovación de la Iglesia y de la sociedad que tanto necesitamos en las Américas - la situación de tantos Países americanos es muy triste -, y también necesitamos en el mundo'.
El Papa pidió además empezar a preparar el 500 aniversario de las apariciones que será en el año 2031.
Tras despedirse de los presentes la fiesta continuó en la plaza de San Pedro a golpe de guitarra, bailes y mucha devoción a la “morenita”.
Javier Romero
VM
