El campo de refugiados que visitó Francisco en 2016 fue pasto de las llamas en noviembre del año pasado.
Era el más grande de Europa. Unos 20.000 refugiados malvivían en un espacio diseñado para unas 2.500 personas.
Ahora en Lesbos hay unas 3.000 personas. Aunque las condiciones siguen siendo más que precarias: condenados a esperar en reclusión, sin apenas poder salir del campo y sin nada que hacer entre manos que les ayude a gestionar los traumas que llevan a sus espaldas. Es lo que llaman “el limbo”.
AUGUSTO CEZAR MENEGUIM
Médicos Sin Fronteras
'Hay mucha gente con trastornos de estrés postraumático o depresión grave y es difícil pensar en una historia porque son muchas. Cuando la gente tiene trastorno del estrés postraumático es como si estuvieran constantemente con miedo, con dificultades para dormir. Es muy difícil que tengan una vida normal'.
A la inacción forzada a la que se someten los refugiados hay que añadir la constante tensión por la repatriación.
Por eso, desde Médicos Sin Fronteras explican que de lo que más necesitan los refugiados es de ayuda psicológica. Por ejemplo los niños.
AUGUSTO CEZAR MENEGUIM
Médicos Sin Fronteras
'Los niños, también es muy importante decirlo, frecuentemente presentan comportamientos regresivos como agresión, incontinencia urinaria o hasta retrasos en el desarrollo cognitivo'.
En la zona hay otros 4 campos de refugiados esparcidos por las islas griegas en condiciones parecidas.
Desde 2014 han llegado a Europa más de 2 millones de refugiados, 109.000 en lo que va de año.
JRB
RR