Esta fue la oración a San José que Francisco rezó al final de la audiencia general:
San José, tú que has custodiado tu vínculo con María y Jesús, ayúdanos a cuidar las relaciones de nuestra vida.
Que nadie experimente esa sensación de abandono que viene de la soledad.
Que cada uno se reconcilie con la propia historia, con quien lo ha precedido, y que reconozca también en los errores cometidos un modo a través del cual la Providencia se ha abierto camino y que el mal no ha tenido la última palabra.
Muestra tu amistad a quien más le cuesta, y del mismo modo que sostuviste a María y Jesús en los momentos difíciles, protégenos también a nosotros en nuestro camino.
Amén.