El mes pasado se inauguró en el Vaticano el Sínodo sobre la Sinodalidad. Pero algunos todavía tienen problemas para expresar exactamente lo que es un “Sínodo sobre la Sinodalidad”.
Por eso hemos preguntado a la hermana Nathalie Becquart, la primera mujer nombrada subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo de Obispos con derecho a voto. Parte de su trabajo consiste en ayudar a comunicar al mundo lo que es el Sínodo.
H. NATHALIE BECQUART
Subsecretaria del Sínodo de Obispos
'La dificultad con el Sínodo es que se trata de un concepto abstracto. Pero es muy fácil de relacionar, porque Sínodo e Iglesia son sinónimos. Así que se trata de la Iglesia. ¿Qué tipo de Iglesia queremos ser hoy? O de cómo Dios llama a la Iglesia a ser hoy, que esté con la gente para llegar a la gente, que sea la Iglesia de este siglo'.
La experiencia de la hermana Nathalie Becquart en gestión y marketing está resultando muy útil en su nueva función, que consiste, en parte, en tranquilizar a quienes temen que un Sínodo sobre la Sinodalidad signifique promover cambios innecesarios en la Iglesia.
H. NATHALIE BECQUART
Subsecretaria del Sínodo de Obispos
'Todo el mundo está de acuerdo en que nuestro mundo está cambiando muy rápidamente, y que estamos saliendo de una pandemia. Así que no se puede ser exactamente igual, porque el mundo está cambiando. Y la Iglesia está dentro del mundo, a través del mundo, pero tiene que encontrar y discernir una buena manera de ser fiel a nuestra misión'.
La hermana Nathalie aprendió a navegar por el cambio gracias a su especial relación con el mar. En su día fue patrona de un velero que llevaba a jóvenes a retiros espirituales. Esa relación marítima le ayuda a navegar por las corrientes del Sínodo actual.
H. NATHALIE BECQUART
Subsecretaria del Sínodo de Obispos
'Navegar siempre es arriesgado. Así que es normal tener miedo. Pero entonces sabes, como buen marinero, que tienes que aprender dónde están las buenas corrientes, y dónde están las contracorrientes, y navegar. Lo mismo pasa en nuestra vida, tienes los buenos espíritus que te empujan a la vida, al servicio, a la paz, a la alegría. Y tienes contracorrientes, de miedos, de ansiedades, de problemas. Hay que entender, como en el mar, dónde están las corrientes buenas y las corrientes malas'.
Una de las imágenes más antiguas de la Iglesia es la de una barca en el mar, una Iglesia que no tiene miedo de “remar mar adentro”.
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SPL
TR: BSB
