Esta mujer vivía en un país del África Central completamente desbordado por la violencia. Lo recuerda así.
-“Estábamos en una marcha de protesta y dispararon a un chico así. Y este chico murió. Yo lo vi cuando estaba muriendo”.
Una vez intentaron matarla también a ella. Consiguió escapar pero al día siguiente decidió huir del país. Su familia no lo hizo y las consecuencias fueron fatales.
-“Mataron a mi hermano. Era abogado, tenía 38 años y dejó a dos niños. Un niño de 10 y una niña de 13. Lo quemaron en su casa. Y cuando vi las imágenes, que todavía hoy tengo en el teléfono, cuando vi las fotos, caí en una depresión”.
Ahora ella vive en esta casa llevada por las Misioneras Scalabrinianas donde ayudan a mujeres a encontrar trabajo y a integrarse en Italia. Aunque la mayor ayuda es el apoyo moral que reciben.
SOR ELEIA SCARIOT
Congregación, Hermanas Misioneras Scalabrinianas
“El proyecto se llama Chaire Gynai y el objetivo es llevar a las personas hacia la autonomía. Es una iniciativa que el Papa Francisco promovió y está basada en los 4 verbos de los que él habla: acoger, proteger, promover e integrar”.
Por esta casa han pasado decenas de mujeres refugiadas, algunas con hijos. Para ellas “Chaire Gynai” es como un trampolín. Se les ayuda a saltar con seguridad a la realidad de un país desconocido en el que pretenden vivir con autonomía. El nombre de la iniciativa es una expresión griega que significa “Bienvenida mujer”.
Son mujeres vulnerables que de no haber recibido ayuda podrían caer en las redes de prostitución de las mafias.
JRB
AA
