Xavi Argemí tiene veintiséis años. A los tres, le diagnosticaron la distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad degenerativa progresiva que le impide moverse libremente.
XAVI ARGEMÍ
“Ahora estoy en un momento en el que estoy en silla de ruedas. Solo puedo mover las manos un poquito, lo justo para conducir o escribir por Whatsapp o email o usar el ordenador. Y además me tienen que alimentar por sonda”.
Los Argemí son una familia de nueve hermanos. Siempre han cuidado de Xavi y su madre se ha ocupado de él.
EMILIA
Madre de Xavi
“La verdad es que él aquí sentado en la silla llega mucho más lejos que yo que me muevo para aquí y para allá”.
Xavi dedica a sus sobrinos de uno y tres años el libro en el que cuenta su experiencia vital: “Aprender a morir para poder vivir”. El éxito del testimonio ha llegado hasta el Papa, que en junio le dedicaba estas palabras de agradecimiento: “A Xavi, con mi bendición y mi gratitud por su testimonio. Y pidiéndole que rece por mí. Francisco”. También futblistas como Piqué han quedado muy conmovidos y agradecido por la historia de Xavi.
XAVI ARGEMÍ
“Que vale la pena vivir al día y valorar todo lo positivo. Que debemos ver el vaso medio lleno”.
Sus amigos son como parte de su familia y se sienten inspirados por Xavi en todos los ámbitos de la vida.
EMILIA
Madre de Xavi
“Están cerca de él, de Xavi. Xavi es el que les da esta humanidad y les anima. Y que te anime uno que está en una silla de ruedas y no se mueve...”
Xavi es un ejemplo de superación para todas las personas que padecen una enfermedad, pero también para las que no.
BSB
AA