Una pequeña delegación de obispos, diplomáticos y una guardia de honor despidieron al Papa en la pista del aeropuerto internacional de Bratislava.
Francisco tuvo un último encuentro privado con la presidenta eslovaca, Zuzana Čaputová, que luego le acompañó hasta el avión.
Parecían mantener una conversación amistosa.
El Papa saludó a todos antes de subir al avión rumbo a Roma.
Inmediatamente después de partir, envió un telegrama a la presidenta agradeciéndole a ella y al pueblo eslovaco su “generosa acogida y hospitalidad”.
CT/JMB
VM