Una pequeña multitud se reunió en la puerta del Centro Belén de Bratislava, para esperar al Papa Francisco. Nada más verlo, un coro de niños empezó a cantar en el patio.
Las Misioneras de la Caridad que se ocupan de este centro para personas sin hogar acogieron al Papa.
Antes de entrar, Francisco quiso saludar a todos y dar las gracias a la Congregación de la Madre Teresa por atender a los pobres.
FRANCISCO
'Agradezco mucho a las hermanas la labor que hacen, una labor de acogida, de ayuda y de acompañamiento. Muchas gracias'.
También dio las gracias a las familias y a los niños, por haberle esperado bajo el sol. Y les dio un mensaje.
FRANCISCO
'El Señor está siempre cerca de nosotros. Lo veamos o no, siempre nos acompaña en el camino de la vida. No olvidéis esto, sobre todo en los momentos duros'.
A continuación, el Papa entró en el Centro para una visita privada de 15 minutos.
Cuando salió, se detuvo para saludar a una anciana religiosa.
Luego quiso rezar un Ave María con todos los que le esperaban en la puerta.
Después, entregó este recuerdo de su visita a las Misioneras de la Caridad, un bajorrelieve de porcelana de la Virgen con el Niño. Jesús tiene un racimo de uvas en la mano, símbolo de la alegría, la amistad y la sangre eucarística de la Pasión.
Y antes de marcharse, en un gesto muy emotivo, el Papa recorrió una vez más el patio, pero se detuvo a saludar a las familias, y a bendecir a los niños y a los enfermos.
CT
VM
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