El Vaticano invitó a unas cien personas sin hogar a ver un documental sobre el Papa Francisco.
Era una excusa, pues después de la proyección les visitó el Papa, que quería saludarles personalmente.
Francisco habló con ellos, les abrazó y se hizo selfies, en la puerta del Salón de audiencias.
Entre los presentes había una veintena de refugiados afganos llegados recientemente a Italia y que acaban de terminar la cuarentena.
Antes de marcharse, de parte del Papa, recibieron paquetes de comida como recuerdo de esta visita.
JM/JMB