A los 86 años, el cardenal Carlos Amigo sigue siendo un referente de la religiosidad popular española. Lo caracterizan su carisma, cercanía y firmeza.
Recuerda con simpatía cómo su apellido siempre ha llamado la atención dentro del Colegio de Cardenales.
CARD. CARLOS AMIGO
Arzobispo emérito de Sevilla
“Había un cardenal. El cardenal Tarancón, que siempre me llamaba el amigo Amigo. Y siempre decía, le voy a preguntar al amigo Amigo. Voy a llamar al amigo Amigo. Y anécdotas de esto de confundir mi apellido con mi nombre y cosas de estas con mucha frecuencia”.
Ha sido provincial de la provincia franciscana de Santiago, miembro de la Pontificia Comisión para América Latina y del Pontificio Consejo para la Salud, además ha participado como delegado de la Santa Sede en el Seminario de diálogo Islamo-Cristiano. También ha participado en los cónclaves de 2005 y 2013.
Y como franciscano ha podido vivir de cerca distintas manifestaciones de la devoción popular.
CARD. CARLOS AMIGO
Arzobispo emérito de Sevilla
“¿Qué le falta a la Iglesia? Tiene todo lo que necesita. Pero aquí está. Es muy malo morirse de sed, pero peor aún es morirse de sed teniendo el agua tan cerca. No, no podemos morirnos de fe. Los manantiales están repletos y deseando que vayamos a ellos a beber”.
El Arzobispo emérito de Sevilla dice que descubrió su vocación “por contagio”. Mientras estudiaba Medicina en la Universidad, vio a unos frailes franciscanos y le impresionó cómo “veían el mundo de otra manera”.
CARD. CARLOS AMIGO
Arzobispo emérito de Sevilla
“Gozaban con pequeñas cosas. Todo lo veían con una visión positiva, se interesaban por las personas, se comían las palabras cuando otros hablaban, una alegría y una paz personal que cautiva. Y dije: ' a mí me gustaría ser como estas personas”.
Durante su vida ha aprendido a mirar adelante con las “luces largas de la fe”. Por eso, en medio de las dificultades invita a “mirar hacia arriba, más allá de los que tenemos delante de los ojos”.
-'¿Cómo quiere ser recordado?'
-“Como un franciscano que trató de servir a Dios y a sus hermanos”.
Un hombre que sabe “ver la mano de Dios en todas las cosas y ver en todas las cosas la presencia de Dios”.
Daniel Díaz Vizzi