Durante la catequesis del miércoles Francisco reflexionó sobre algo que “supone para muchos una verdadera piedra de tropiezo en su vida espiritual. ¿Es verdad que Dios me escucha? Y si lo hace, ¿por qué no obtengo lo que pido?”.
Dijo que puede haber dos razones. En primer lugar porque puede haber deseos que no convienen. En segundo lugar, porque en ocasiones Dios “llama a crecer en la fe” y en la “perseverancia”, por lo que no concede lo que se le pide de modo inmediato.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN ESPAÑOL:
'Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy reflexionamos sobre una dificultad que supone para muchos una verdadera piedra de tropiezo en su vida espiritual. ¿Es verdad que Dios me escucha? Y si lo hace, ¿por qué no obtengo lo que pido?
Dos respuestas se pueden dar a esta cuestión, la primera y más obvia es que nuestra mirada sobre las cosas es limitada y en la oración deberíamos intentar escuchar su voz y conformarnos a su designio de amor. Esta es la lección del Padrenuestro que en sus tres primeras peticiones nos llama a ponernos de parte de Dios: para que se haga su voluntad, venga su reino y sea santificado su nombre. Lo contrario sería una suerte de magia que busca satisfacer los propios deseos e intereses sin verificar si son o no conformes al proyecto de Dios.
La segunda respuesta es más delicada, pues muchas personas rezan de forma humilde y piden cosas buenas, sin embargo, Dios no siempre responde en la forma que esperamos.
Aquí puede ser interesante fijarnos en la lección que nos da el Evangelio. Jesús recibe muchas peticiones de multitud de fieles que se acercan a Él, a veces la respuesta es inmediata. En otras ocasiones, sin embargo, el Señor nos llama a la perseverancia, como a la mujer cananea que pedía por su hija, o a embarcarnos en un viaje de fe. Es el caso de Jairo, el jefe de la sinagoga, primero siente que Jesús se detiene para atender otra petición, después recibe la noticia de que ya no hay esperanza. En todas estas situaciones Jesús nos llama a crecer en la fe, de modo que sea esta virtud la que guíe nuestra oración y todos nuestros deseos tengan como fin la mayor gloria de Dios.
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Los animo a dejarse guiar por el Espíritu que clama en nuestro interior «Abba, Padre». Pidamos crecer en la fe, la esperanza y la caridad, para en todo y por todo buscar la gloria de Dios y la salvación de los hombres. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias'.
Javier Romero
VM