“La Madonna del latte” es el único cuadro del pintor español Bartolomé Esteban Murillo en Roma. Ahora expuesto en el histórico Palazzo Barberini.
A simple vista podemos ver la escena maternal de la Virgen María amamantando al Niño Jesús, pero más allá hay un secreto escondido...
ALESSANDRO COSMA
Restaurador, “Madonna del latte” de Murillo
“Debajo de la Virgen con el Niño hay otra imagen. Se trata de un San Francisco arrodillado en medio de la naturaleza. Murillo lo debe haber realizado antes que la obra que vemos en este momento, era otra imagen casi terminada en su totalidad que por algún motivo, que no conocemos, decidió ocultar”.
De esa imagen es posible observar, a través de una radiografía, el rostro de San Francisco, sus manos con los estigmas e incluso su túnica, ademas de la ambientación. Todo un enigma del que no queda una huella a simple vista.
Pero el punto principal de esta obra no es el San Francisco oculto, sino los ojos de los personajes que automáticamente atrapan al espectador y lo hacen parte de la escena.
ALESSANDRO COSMA
Restaurador, “Madonna del latte” de Murillo
“Pintó la Virgen con el Niño como si se tratara de una madre que está amamantando a su hijo en un espacio abierto. Podríamos imaginarnos que estamos en Sevilla y al lado de una pared un poco dañada nos encontramos con esta madre amamantando a su pequeño y la llegada del espectador perturba este momento y se giran”.
La mirada de la Virgen y el Niño Jesús envuelven al espectador, convertiéndolo en un tercer protagonista de la escena.
Desde su creación, cercana a 1675, esta obra ha cautivado a millones de personas.
La restauración del cuadro “La Madonna del latte” duró 10 meses y estará expuesta en el Palazzo Barberini hasta el mes de julio.
Daniel Díaz Vizzi
MG
