La vida del beato José Gregorio Hernández está llena de curiosas anécdotas que, a 102 años de su muerte, siguen siendo testimonio de su santidad.
PINO ESPOSITO
Autor, “El médico José Gregorio”
“Cuando la gente iba a hacer una visita médica él ponía su sombrero y decía que la gente que podía pagar que colocara allí el dinero, los que no tenían podían tomar el dinero que estaba en el sombrero”.
Pino Esposito ha escrito el libro “El médico José Gregorio Hernández Cisneros, buen samaritano por las calles de Caracas”, el primer libro en italiano sobre la vida del nuevo beato.
Con un peculiar estilo narrativo, redacta las anécdotas de José Gregorio como si fuese un testigo ocular de la época, ya sea un amigo o algún curioso. Una de ellas es cómo el beato entendió que su vocación no era ser sacerdote.
PINO ESPOSITO
Autor, “El médico José Gregorio”
“Habló con su obispo y el obispo le ha dicho: 'Mire Gregorio, usted es un gran médico y estudioso. En este momento Venezuela necesita más al médico Hernández que el cura o el cartujo Hernández”.
El sacerdote Pino Esposito cree que incluso en la ceremonia de beatificación hubo algunos aspectos muy marcados de la personalidad del beato.
PINO ESPOSITO
Autor, “El médico José Gregorio”
“Puede ser que merecía una participación más grande, pero su carácter era así, reservado, discreto le gustaba pasar desapercibido, precisamente con discreción”.
Las huellas del beato venezolano se hacen sentir en Roma. Recientemente el Papa Francisco lo nombró patrono del Ciclo de Estudios de Ciencias de la Paz de la Pontificia Universidad Lateranense, quizás una señal de esperanza para el anhelado sueño de la población venezolana en medio de la crisis humanitaria.
Daniel Díaz Vizzi
RR
