El judaísmo y el cristianismo tienen una historia común y profunda.
Para mejorar el entendimiento entre ambas, la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma ha lanzado una licenciatura especial en Estudios Judaicos y Relaciones Judeo-Cristianas.
P. ETIENNE VETÖ
Centro de Estudios Judaicos cardenal Agustín Bea
“Es la primera vez en la historia de la Iglesia que hay un diploma canónico, reconocido por la Santa Sede, sobre estudios judíos y relaciones judeo-cristianas”.
El sacerdote Etienne Vetö dirige el Centro de Estudios Judaicos Cardenal Agustín Bea, en la Universidad Gregoriana.
Este teólogo señala que a los cristianos les falta preparación sobre el judaísmo, un aspecto que considera fundamental para entender mejor su propia fe.
P. ETIENNE VETÖ
Centro de Estudios Judaicos cardenal Agustín Bea
“En la Iglesia católica normalmente aceptamos que el cristianismo hunde sus raíces en el judaísmo pero lo vemos como algo del pasado. Y las raíces de nuestra fe no están en el pasado sino en el presente porque es lo que da savia en este momento. Por eso la pregunta que se deben hacer los cristianos es ¿cómo aprovechamos esta savia en nuestro día a día?”.
El curso dura dos años pero no está dirigido solo a cristianos. También hay alumnos judíos.
Se espera que, de esta forma, puedan intercambiar ideas, reflexiones y mejorar sus relaciones.
ORI KINBERG
Estudiante de Israel
“Proyectos como este hacen que la gente esté más preparada para el diálogo. Hace que podamos hablar con nuestros hermanos cristianos con mayor propiedad y respeto”.
El cardenal Agustín Bea fue una figura clave para mejorar las relaciones entre cristianos y judíos, e impulsó la declaración Nostra Aetate durante el Concilio Vaticano II.
Otro episodio de ese camino fue la visita de Juan Pablo II en 1986 a la sinagoga de Roma, la primera vez que un Papa entró en una desde San Pedro. Benedicto XVI y el Papa Francisco siguieron sus pasos y dieron continuidad a esta nueva etapa más cordial y fructífera de la relación entre judíos y cristianos.
Justin McLellan
AA