Juguetes rotos, duchas portátiles, refugios abarrotados. Estos serán los recuerdos de infancia de miles de niños migrantes. Proceden de Centroamérica y ahora están repartidos por refugios y albergues en México.
Según UNICEF, desde el inicio de 2021, el número de niños migrantes detectados en México ha pasado de 380 a casi 3.500.
La mayoría proceden de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
El Programa Mundial de Alimentos dice que mientras que en 2018 sólo un 8% de la población de estos cuatro países tenía previsto migrar, ahora la proporción ha pasado al 15%. Lo hacen a causa de la criminalidad de pandillas, violencia doméstica, pérdida de empleo, pobreza y hambre.
ERICK GALEAS
Honduras
“Ahora en este país, si no se meten en pandillas, andan asaltando, andan haciendo daño. Eso es lo que a mí a veces, eso es lo que no quisiera que mi hijo anduviera haciendo”.
Actualmente, los centros de asistencia mexicanos que los reciben, como este de Ciudad Juárez, están desbordados. Para estos niños y sus familias no hay vuelta atrás. Por eso, UNICEF les ofrece alojamiento, kits de higiene y actividades educativas.
En paralelo, el Programa Mundial de Alimentos coordina proyectos para que las poblaciones vulnerables puedan salir adelante en sus países de origen.
DAVID BEASLEY
Director Ejecutivo, Programa Mundial de Alimentos
“La gente ha perdido sus empleos. Han perdido la esperanza. Y por eso se van a Estados Unidos o hacia Estados Unidos llegan a la frontera. Eso supone un coste de 4.000 dólares por persona cada semana. Pero aquí, un proyecto nuestro para crear resiliencia y esperanza, cuesta un dólar a la semana”.
Son situaciones límite. Por eso, UNICEF calcula que en los próximos dos años, unos 150.000 niños y sus familias necesitarán ayuda de emergencia y para el desarrollo.
CT
JMB