Por segundo año consecutivo el Papa ha visitado el santuario de la Divina Misericordia en Roma. Aquí ha recordado la fiesta de la Divina Misericordia, que instituyó Juan Pablo II.
Y es que en este lugar se venera una copia de la imagen de Jesús, pintado tal y como lo vio en unas apariciones Santa Faustina Kowalska. Precisamente durante esas apariciones, la religiosa polaca comprendió mejor en qué consiste la Misericordia de Dios.
El Papa explicó que si e cristiano no acoge la misericordia de Dios y no es misericordioso con las demás personas, vive la fe a mitad.
FRANCISCO
Aquí comienza el camino cristiano. En cambio, si nos apoyamos en nuestras capacidades, en la eficacia de nuestras estructuras y proyectos, no iremos lejos. Sólo si acogemos el amor de Dios podremos dar algo nuevo al mundo.
El Papa recordó que en las primeras apariciones como Resucitado, Jesús liberó a los discípulos de sus remordimientos. Con su mensaje, no les quitó los problemas, pero les dio confianza.
FRANCISC
Para Dios ninguno es un incompetente, ninguno es inútil, ninguno está excluido. Jesús hoy repite una vez más: “Paz a ti, que eres valioso a mis ojos. Paz a ti, que eres importante para mí, que tienes una misión. Nadie puede realizarla en tu lugar. Eres insustituible. Y Yo creo en ti”.
Debido a la pandemia, fueron admitidas pocas personas en la Misa.
Entre los participantes había presos de varias cárceles de Roma, enfermeros de un hospital y refugiados, entre otros peregrinos.
Con ellos auiso pasar la mañana el Papa.
JMB