Tras la procesión inicial, la celebración de la Pasión de Jesús comienza con el Papa postrado en el suelo, en señal de dolor y penitencia.
Francisco permaneció ahí unos instantes, rezando en silencio.
Después de leer el pasaje de la Pasión según San Juan, el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, reflexionó sobre el dolor que le debe producir a Dios una Iglesia dividida.
CARD. RANIERO CANTALAMESSA
Predicador de la Casa Pontificia
Si hay un don o un carisma que la Iglesia católica debe cultivar en beneficio de todas las iglesias, ese es la unidad.
Luego se rezó por distintas necesidades del mundo. Se pidió por todos los afectados por la pandemia.
FRANCISCO
Mira con compasión el sufrimiento de tus hijos que padecen esta pandemia; alivia el dolor a los enfermos, da fuerza a quien les cuida, acoge en tu paz a quienes han fallecido.
Por último, se dio paso al rito de la adoración de la Cruz, uno de los momentos culminantes.
La celebración de la Pasión de Jesús es la liturgia más penitencial de la Semana Santa. La Iglesia reflexiona sobre los propios pecados pero sobre todo se contempla cuánto Dios ama a cada persona.
Javier Romero