El cardenal Louis Raphael Sako acompañó al Papa en los principales momentos de su visita a Irak.
Está muy satisfecho pues su país demostró que tiene la capacidad de organizar eventos complicados como este viaje.
Además, se forjaron puentes entre musulmanes y cristianos. Especialmente tras este encuentro con al-Sistani, que pidió el pleno respeto de los derechos que la constitución de Irak reconoce a los cristianos.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de Babilonia de los Caldeos
“Ha sido una visita excepcional en un contexto muy difícil por la seguridad, la pandemia y la diversidad de la población iraquí'.
“La colaboración entre religiones para derrotar la ideología del odio es muy importante. Como dijo el Papa, si queremos tener un futuro mejor, debemos vivir como hermanos. De lo contrario, nos destruiremos a nosotros mismos”.
El viaje sirvió también para mostrar la difícil situación de los cristianos en la zona. En el año 2003 eran 1.400.000 y ahora son menos de 300 mil.
Emigraron a causa de la violencia, la guerra y de las difíciles perspectivas de construirse una vida. El Papa les pidió que regresen.
FRANCISCO
Y si podéis, regresad.
El principal líder católico de Irak dice que Occidente puede hacer mucho para que los cristianos que emigraron regresen a su tierra.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de Babilonia de los Caldeos
“Por ejemplo, una visita, venir y estar con ellos, significará mucho para los cristianos”.
“(Estas visitas) nos animan a perseverar y nos da fuerza ante nuestros conciudadanos, pues se ve que no se han olvidado de nosotros, que no somos un objetivo fácil”.
Otra modo importante para ayudar a los cristianos de Irak, es contribuir a proyectos de desarrollo o de reconstrucción.
CARD. LOUIS RAPHAEL SAKO
Patriarca de Babilonia de los Caldeos
“Sobre todo, para hacer puestos de trabajo y mejorar las infraestructuras en ciudades cristianas de la Llanura de Nínive y del Kurdistán'.
'Pero también hay proyectos para desarrollar la agricultura en estas zonas, o para hacer pozos, pues hay mucha agua”.
La visita del Papa ha dado lugar a una oportunidad histórica para Irak, de abrir una nueva fase en la que musulmanes y cristianos trabajan juntos para reconstruir el país. Un horizonte de luz tras años de guerra en su tierra.
JMB