Francisco comentó en la audiencia general sus impresiones tras el intenso viaje a Irak. Dijo que fue una “peregrinación penitente”, porque fue a “hacerse cargo” del dolor causado por la guerra y el terrorismo.
FRANCISCO
“La respuesta a la guerra no es otra guerra. La respuesta a las armas no son otras armas. Yo me pregunté... ¿quién vendía las armas a los terroristas? ¿Quién vende hoy las armas a los terroristas que están provocando tantas tragedias también en otras partes? Pensemos en África, por ejemplo. Es una pregunta a la que me gustaría que alguien responda. La respuesta no es la guerra. La respuesta es la fraternidad.
Francisco también lamentó la destrucción del patrimonio cultural de Irak y la expulsión de cristianos y yazidíes, que corre el riesgo de renacer sin identidad.
Por eso envió un mensaje de ánimo a los que se quedaron en el país. Ahora deben reconstruirlo. A los iraquíes que se marcharon les deseó suerte, pero auguró que puedan volver a su tierra.
FRANCISCO
Y pensando en los iraquíes emigrantes, me gustaría decirles: habéis dejado todo, como Abraham, como él, custodiad la fe y la esperanza, sed tejedores de amistad y fraternidad allá donde estéis. Y si podéis, regresad.
La Iglesia también corre el riesgo de desaparecer por completo de la tierra de Abraham. Si en los años 50 la población cristiana era el 12% de la población ahora no suman más del 1%. Por eso Francisco quiso dar las gracias a quienes están ayudando a reconstruir iglesias y casas en la región.
FRANCISCO
Agradezco vuestra obra de misericordia en favor de los cristianos en Irak y particularmente en Mosul.
El Papa dio las gracias al gobierno iraquí por el éxito del viaje, y también a las autoridades musulmanas. Especialmente recordó la amabilidad del Gran Ayatolá, con quien pudo reunirse durante casi una hora.
Javier Romero