Francisco llegó a Mosul, la ciudad que el ISIS ocupó y destruyó durante tres años. Desde el automóvil pudo observar las ruinas de las iglesias destruidas.
Fue recibido entre ramas de olivos y pétalos de flores en la “Plaza de las 4 Iglesias”. En medio de las ruinas de templos siro-católico, armenio-ortodoxo, siro-ortodoxo y caldeo, Francisco rezó por las víctimas del ISIS.
Un testigo de la tragedia es el Padre Raid. El único sacerdote siro-católico en regresar para reconstruir su parroquia. Salió de allí el 10 de junio de 2014 con una parroquia de 500 familias, la mayoría han emigrado y tienen miedo de volver.
Actualmente los cristianos en Mosul no son más de 70 familias, frente a los dos millones de musulmanes con los cuales convive.
PADRE RAID
“Un hermoso ejemplo fue que me invitaron a la ceremonia del nacimiento del Profeta Mahoma en la mezquita de Rashan: es la primera vez que se invita a un sacerdote a participar en una ceremonia de este tipo en una mezquita. En ese mismo lugar el ISIS leyó el documento de la expulsión de los cristianos en 2014”.
El Papa lamentó que la cuna de la civilización, haya sido golpeada por una tempestad tan deshumana que provocó desalojos, asesinatos y destrucción de antiguos lugares de culto.
FRANCISCO
“La fraternidad es más fuerte que el fratricidio, la esperanza es más fuerte que la muerte, la paz es más fuerte que la guerra. Esta convicción habla con voz más elocuente que la voz del odio y de la violencia; y nunca podrá ser ahogada en la sangre derramada por quienes profanan el nombre de Dios recorriendo caminos de destrucción”.
En las inmediaciones de las ruinas de la iglesia de la Anunciación, Francisco inauguró esta lapida en memoria de las víctimas de la violencia en Mosul.
Por último se liberó esta paloma blanca como signo de paz y del esperado resurgir. Para muchos iraquíes representa de que donde hubo muerte, el Papa lleva vida.
Daniel Díaz Vizzi