El estadio Franso Hariri de Erbil era puro entusiasmo. Los 10.000 participantes en el último encuentro de Papa en Irak le dieron así las gracias por venir a visitarles.
Esta imagen de la Virgen María presidió el palco. No era una figura cualquiera porque fue mutilada por fundamentalistas del ISIS.
El Papa agradeció todo lo que la Iglesia en Irak hace por anunciar “la maravillosa sabiduría de la cruz” en medio de las dificultades.
FRANCISCO
“Muchos de ustedes han ofrecido generosamente una ayuda concreta y solidaridad a los pobres y a los que sufren. Este es uno de los motivos que me han impulsado a venir como peregrino entre ustedes”.
Dijo que durante estos días en la tierra de Abraham oyó las voces de dolor y angustia, pero también he escuchado voces de esperanza y consuelo.
FRANCISCO
“Irak siempre permanecerá conmigo, en mi corazón. Les pido a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no deja a nadie atrás y no discrimina a nadie. Le aseguro mis oraciones por este querido país”.
¡Salam, salam! ¡Shukrán! [Gracias] ¡Dios los bendiga a todos! Que Dios bendiga a Irak. Allah
¡ma'akum! [Dios esté con vosotros]
Esta misa fue el último evento del viaje donde iraquíes y Francisco se pudieron ver de cerca antes de que el pontífice regresara a Roma.
En su tercera jornada en Irak el Papa cumplió el deseo más íntimo de la mermada comunidad cristiana: verlo pasear por las calles de sus ciudades destruidas, escuchar sus historias y sentirse abrazos por él para no sentirse más solos.
Daniel Díaz Vizzi