En 2015, la imagen del pequeño Alan Kurdi, de 3 años, conmocionó al mundo.
El cuerpo sin vida del niño sirio fue encontrado en las costas de Turquía. Su hermano y su madre también corrieron la misma suerte. Buscaban un futuro en Europa.
Cinco años más tarde, el padre de Alan tuvo la oportunidad de reunirse con el Papa. Fue en Erbil, tras la celebración de la última Misa de Francisco en Irak. Una mirada de compasión teñida de tristeza cruzó el rostro del Papa mientras escuchaba atentamente al intérprete, que le transmitió los sentimientos de pérdida y dolor de Abdullah Kurdi.
El padre del pequeño entregó al Papa una imagen con la trágica escena, el pequeño Alan boca abajo en la arena. Un duro recordatorio del sufrimiento de miles de refugiados que siguen perdiendo la vida en el mar.
CT
Traducción: Daniel Díaz Vizzi