El avión papal llegó puntual al Aeropuerto Internacional de Bagdad. Francisco apareció equipado con la mascarilla cuando el patriarca de los católicos caldeos, el cardenal Louis Sako subió a recibirle.
El viento azuzaba y por eso tanto Francisco como el cardenal Pietro Parolin llevaron el solideo en la mano. Irak recibió al Papa con nada menos que el Himno de la Alegría de Beethoven, un canto a la fraternidad.
El primer ministro de Irak, el chiita Mustafa Al-Kadhimi, acompañó a Francisco a la llamada zona VIP del aeropuerto. Estuvieron sentados más de 5 minutos hablando antes de dirigirse al coche que llevaría al Papa al palacio presidencial paseando entre personas vestidas con trajes tradicionales al son de la música.
Por el camino, en algunos puntos los iraquíes mostraron su afecto al Papa equipados con las banderas de Irak y el Vaticano.
Francisco se convirtió así en el primer pontífice en pisar este país.
Javier Romero