La pandemia ya pasa factura al Vaticano.
Calculan que este año ingresarán un 21% menos que en el año 2019, unos 48 millones de euros.
En el Vaticano no hay impuestos por lo que sus cuentas dependen sobre todo de donativos, y de alquileres de sus inmuebles, mermados por el covid.
Los últimos datos completos de las cuentas del Vaticano son del año 2019.
Ese año ingresaron 307 millones de euros y gastaron 318.
En su presupuesto para 2021 calcula que entrarán 260,4 millones de euros, y gastarán 310 millones; lo que supone pérdidas de 49,7 millones de euros.
El déficit se cubrirá con reservas.
El nuevo presupuesto refleja una política de contención del gasto. Aseguran que reducen un 14% los gastos operativos de 2019, unos 24 millones de euros.
Según el comunicado vaticano, la austeridad no se hace a costa ni de los puestos de trabajo ni de los gastos de evangelización.
En cuanto a la división del gasto, un 68% va a las actividades apostólicas, un 17% a la gestión de su patrimonio y un 15% a tareas administrativas.
Aunque el presupuesto publicado por el Vaticano no es detallado, contiene mucha más información que en años anteriores.
Javier Romero