Cada 2 de febrero, miles de religiosos y religiosas de todo el mundo llenan la basílica de San Pedro para celebrar con el Papa la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Pero este año la misa de Francisco estará mucho menos concurrida debido a la pandemia.
Como cada año, el Papa subrayará algún aspecto de la misión de los consagrados.
FRANCISCO
2020
Los religiosos y las religiosas, hombres y mujeres que viven para imitar a Jesús, están llamados a introducir en el mundo su misma mirada, la mirada de compasión, la mirada que va en busca de los alejados; que no condena sino que anima, libera, y consuela.
Es la misma mirada que el Papa Francisco quiere compartir en esta fecha con quienes como él, han aceptado la llamada a la vida religiosa.
En septiembre, por ejemplo, mostró esa compasión cuando invitó a este sacerdote del Líbano a acercarse durante la Audiencia General para rezar por las víctimas de las explosiones en el puerto de Beirut.
También lo hizo en noviembre, cuando encontró a Pierluigi Maccalli, misionero que había pasado dos años como rehén en Níger.
Aunque el distanciamiento social hace que estos gestos de afecto sean menos comunes, la misa de este 2 de febrero será una oportunidad para celebrar la vocación que comparten el Papa y los consagrados.
La ceremonia en San Pedro comenzará a las cinco y media de la tarde hora de Roma.
CT/JMB