Pedro Manuel Salado de Alba nació en Chiclana de la Frontera, España y fue un misionero del Hogar de Nazaret. Dedicó su vida a formar a niños y a servir en su comunidad.
Fue destinado a Ecuador, donde cumplió una ardua labor: Dirigir el colegio de su comunidad, donde mostró todas sus cualidades profesionales, humanas y espirituales.
Pero el mediodía el 5 febrero de 2012, durante un paseo a las playas ecuatorianas de Esmeraldas, todo cambió. El mar embravecido arrastró a 7 niños y Pedro Manuel corrió su rescate.
MANUEL JIMÉNEZ
Hogar de Nazaret
“Lo llevaron a la orilla, exhausto. Y en la orilla, cuando una de las hermanas le dijo 'Pedro Manuel, los salvaste a todos', él abrió por última vez los ojos y expiró. Los niños estaban alrededor y le rezaban a Dios para que no se lo llevasen. Pero Pedro Manuel ya había cumplido su misión en la tierra, se había entregado durante muchos años en Córdoba y después en la misión y así quiso Dios que entregase su vida”.
Su olor a santidad llevó a que se iniciara la causa de beatificación el 12 de octubre de 2018, en la Catedral de Córdoba.
MANUEL JIMÉNEZ
Responsable del Hogar de Nazaret en Córdoba, España-
“Todos los que tratábamos con él salíamos enriquecidos por esa alegría, por esa paciencia, por esa escucha y por supuesto por esa entrega”. 16:01 FLASH 17:45 “Su vida y su entrega es una invitación a entregarte tu, también como él se entregó, como quiso a los que tenía a su alrededor, como dio la vida por ellos, hasta el último momento”. 18:00
Humilde, gran trabajador y algo tímido, son algunas de las cualidades que caracterizaron a este Siervo de Dios. Sus hermanos del Hogar de Nazaret dicen que su causa supone una “palabra de ánimo para la Iglesia” en la lucha por la meta de todos los consagrados: La santidad.
Daniel Díaz Vizzi