Cada tercer domingo después de las fiestas de Navidad la Iglesia subraya la importancia de la Palabra de Dios. Este año es el 24 de enero.
FRANCISCO
“La Palabra que salva no va en busca de lugares preservados, esterilizados, seguros. Viene hacia nuestras complejidades, hacia nuestras oscuridades. Hoy como en aquel tiempo, Dios desea visitar esos lugares donde pensamos que Él no llega”.
La fecha no es casualidad, se celebra entre el día en que la Iglesia recuerda sus relaciones con el pueblo judío y la semana de oración por la unidad de los cristianos.
Durante su primera edición, en la Basílica de San Pedro, se utilizó el mismo atril que presidía las reuniones del Concilio Vaticano II y tras las lecturas se entronizó el Evangelio ante el altar.
El Papa quiere que ese domingo la veneración a la Biblia entre por los ojos. Por ejemplo, entronizando las Sagradas Escrituras; que los obispos celebren el rito del Lectorado como ministerio especial; o que se entreguen o bendigan biblias.
El año pasado, el Papa regaló 60 biblias a personas que representaron distintas categorías. Entre ellos, el científico italiano Antonino Zichichi y el centrocampista de la Roma Nicolò Zaniolo, una de las promesas del fútbol italiano.
Daniel Díaz Vizzi