La vacuna del Covid19 podría tardar tres años en llegar a los países pobres. Tendrían que esperar al segundo semestre de 2023 o al primero de 2024 para vacunarse.
Por eso, el Papa se centró en esta cuestión en su discurso de Navidad.
FRANCISCO
08:27 “Ruego a todos: jefes de Estado, empresas, organismos internacionales, que promuevan la cooperación y no la competencia, y que busquen una solución para todos: vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del Planeta”.
El motivo del retraso no es sólo cuestión de dinero. Un primer obstáculo es industrial.
Algunos calculan que este año se producirán al máximo 5.600 millones de dosis. Significa que no habrá vacunas para 1 de cada 4 personas.
Además, de todas las dosis que se fabriquen, el 80% ya han sido compradas o reservadas por países del “primer mundo” que concentran un 15% de la población.
La Organización Mundial de la Salud propuso destinar las primeras dosis a vacunar al 20% de la población de cada país, en concreto el personal sanitario y los pacientes de riesgo.
TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS
Director General, OMS
“Por el propio interés de cada país de debe evitar el nacionalismo con las vacunas. Vacunar a trabajadores sanitarios y a la población de riesgo es el modo más rápido de estabilizar los sistemas de salud, garantizar que estén en funcionamiento y que pueda producirse una verdadera recuperación económica mundial”.
El mayor desafío es logístico. La vacuna debe ser conservada a temperaturas muy bajas, y por eso es difícil transportarla a zonas remotas.
P. NICANOR AUSTRIACO
Providence College (EE.UU.)
“Todo dependerá de la tecnología, la capacidad de almacenamiento y el envío de estas vacunas. No es sólo si consigues comprarlas sino dónde podrás usarlas en tu país”.
El sacerdote Nicanor Austriaco es microbiólogo. Enseña en el Providence College de EE.UU. y trabaja en la task force para preparar la distribución de vacunas en Filipinas.
El desafío logístico y tecnológico es enorme para este país de 7.700 islas. Pero este sacerdote no se rinde y busca alternativas. Por ejemplo, está investigando en su laboratorio una posible vacuna low cost contra el covid basada en la levadura.
P. NICANOR AUSTRIACO
Providence College (EE.UU.)
“Cuando lo tomas, entra en tu estómago y pasa a los intestinos, donde fabricaría parte del virus Covid19, la misma parte que utilizan para las vacunas de Pfizer y Moderna”.
“Sería muy barato, porque una vez que tienes la levadura, no necesitas inyecciones, ni médicos, ni enfermeras nin cámaras frigoríficas”.
Probablemente este biomedicamento no será tan eficaz como las grandes vacunas, pero podría ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad y facilitar su tratamiento.
El sacerdote dominico Nicanor Austriaco sigue trabajando duro entre EE.UU y Filipinas para adelantar resultados. Asegura que hay estudios con animales que demuestran la eficacia, pero que aún no se ha comprobado con el Covid19.
Por eso pide que mientras no haya alternativas, los países ricos no se olviden de lo que significa ser un país pobre.
Javier Martínez-Brocal