La ejecución de Lisa Montgomery sigue conmocionando el mundo. No es para menos, es la primera mujer ejecutada por el Gobierno de Estados Unidos en 67 años.
En 2018, Papa Francisco cambió una parte del Catecismo y condenó la pena de muerte.
“La Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona», y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.
Nueva redacción del n. 2267 del CIC sobre la pena de muerte (02.08.2018).
La Comunidad de Sant’Egidio, junto a todos los que participaron para salvar la vida de Lisa, expresaron su dolor e indignación por su ejecución, a pesar de la petición de suspender el cumplimiento de la sentencia para comprobar su estado de grave desequilibrio psíquico.
Sant’Egidio se ha caracterizado por dar la lucha por la dignidad de las personas en peligro.
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant'Egidio
“En el motivo de la muerte dice asesinato, el estado ha cometido este asesinato”.
Desde Roma convocaron una jornada de oración por Lisa Montgomery.
“Roguemos al Señor, que deja 99 ovejas para buscar una perdida, que cuide de nuestra hermana Lisa que nos ha dejado después de que ya no podemos hacer nada por ella excepto encomendarla a su misericordia”.
Actualmente, la pena de muerte está vigente en la legislación de 56 naciones, en otros 28 países está presente en su sistema jurídico, pero muchos no la aplican desde hace menos de una década.
STEFANIA TALLEI
Comunidad Sant'Egidio
“Principalmente hay personas condenadas a muerte en Estados Unidos. Por fortuna la hemos abolido en Italia, en Europa y en Latinoamérica. Gran parte de África la está aboliendo. En Asia y en el mundo islámico la situación es más difícil. Asia central la ha abolido. Se trata de personas condenadas a la pena de muerte, que cada día tienen miedo de poder ser asesinados”.
La Comunidad de Sant’Egidio también ha expresado que “el horror de esta muerte no cura las heridas provocadas por la violencia, pero sí inyecta dosis de odio y desesperación en una sociedad que necesita sensatez, justicia rehabilitadora, misericordia y perdón”.
Daniel Díaz Vizzi