Francisco reflexionó sobre una reacción sorprendente de Jesús. Cuando el mundo comienza a darle la espalda, en lugar de quejarse, alaba a Dios.
FRANCISCO
En esos momentos, Jesús, que tanto ha hablado de la oración de petición, en ese mismo momento en el que podría haber pedido explicaciones al Padre, en cambio se pone a alabarlo. Parece una contradicción. Pero está ahí la verdad.
Ese momento difícil de la vida de Jesús fue al ver que su predicación no era bien recibida por todos. Sin embargo, alabó a Dios porque un grupo de personas sí lo hicieron, los humildes.
FRANCISCO
Y su oración nos lleva también a nosotros, lectores del evangelio, a juzgar de modo distinto nuestras derrotas personales, a juzgar de modo distinto las situaciones en las que no vemos clara la presencia y la acción de Dios.
El Papa explicó que Jesús alaba a Dios porque fue capaz de ver la mano de Dios detrás de las situaciones difíciles.
FRANCISCO
Jesús se alegra en su espíritu porque sabe y siente que su Padre es el Dios del universo y viceversa, el Señor de todo lo que existe es Padre, 'Padre mío'. De esta experiencia de sentirse 'hijo del Altísimo', brota la alabanza.
Con esta catequesis el Papa continuó su ciclo sobre todos los aspectos de la oración de Jesús, que había interrumpido durante Navidad.
Javier Romero