Sant'Ignazio di Loyola in Campo Marzio es una de las joyas arquitectónicas del barroco romano. Esta iglesia fue construida en 1626 y originalmente sirvió como Capilla del Colegio Romano.
En la actualidad es una de las iglesias más visitadas en la Ciudad Eterna. Al ingresar a ella es imposible no alzar la cabeza y dejarse deslumbrar al contemplar cómo pareciera que se abre el Cielo.
DANIEL CUESTA, SJ
Compañía de Jesús
“La bóveda está representada la Alegoría de la misión de la Compañía de Jesús. En el centro nos encontramos que está representada la Trinidad y la figura que se resalta es la figura de Jesús cargando con la Cruz, la Compañía de Jesús es Cristocéntrica, los Ejercicios Espirituales son Cristocéntricos y también la experiencia de San Ignacio al llegar a Roma está marcada por este Cristo que carga con la Cruz. Del costado de Cristo sale un resplandor, un rayo que va hasta el corazón de San Ignacio”.
El jesuita Andrea Pozzo plasma ese rayo de luz repartido por los continentes conocidos en la época, para representar a las figuras que impulsaron allí la evangelización llevada a cabo por la Compañía de Jesús.
DANIEL CUESTA, SJ
Compañía de Jesús
“Vemos cómo, por ejemplo, el primer rayo va hacia Europa y allí se encuentra los santos jesuitas que estaban canonizados en ese entonces, San Francisco de Borja, San Luis Gonzaga y Estanislao Kostka, que en ese entonces era beato. Y ellos son los que llevan a las almas hacia el Cielo. Lo mismo pasa en Asia, que está San Francisco Javier. Y pasa lo mismo en Africa y en América”.
Otra de las obras que impresionan al entrar a esta iglesia es su cúpula, que en realidad no existe. Está pintada y su efecto visual permite imaginar el ambicioso proyecto original: la construcción de la segunda cúpula más grande de Roma, después de la de San Pedro.
DANIEL CUESTA, SJ
Compañía de Jesús
“Se juntaron dos problemas, el primero económico, cubrir un espacio así de grande sería muy costoso y había prisa por consagrar la iglesia cuanto antes y el segundo, es que una cúpula así de grande quitaba la luz, tanto al colegio de los dominicos y al Colegio Romano”.
La nave central presenta la majestuosa “Glorificación de San Ignacio”. Y en su retablo están tres episodios de la vida de los jesuitas: La “Visión de la Storta”; la despedida de San Francisco Javier, que parte a las Indias; y la entrada de San Francisco de Borja a la Compañía de Jesús.
Un templo que refleja el lema de los jesuitas: “Para la mayor Gloria de Dios”. Aquí reposan los restos de San Luis Gonzaga, San Juan Berchmans y San Roberto Berlarmino, entre otros sacerdotes que siguieron el espíritu impulsado el fundador de la Compañía de Jesús
Daniel Díaz Vizzi