Mientras se están distribuyendo las vacunas contra el coronavirus en varios países del mundo, el Vaticano ha publicado un documento “guía”.
En él se reitera que la vacuna, aunque se ha diseñado para satisfacer una necesidad pública, no debe usar líneas celulares provenientes de fetos abortados. Al mismo tiempo recuerda que la responsabilidad de quien la produce o autoriza no es la misma de quien la recibe.
En otras palabras, se pide a gobiernos y empresas farmacéuticas que desarrollen vacunas moralmente válidas pero se subraya que esa medicación se puede recibir si no hay alternativa.
Por último, el Vaticano recuerda que las vacunas deben llegar a quienes tienen menos medios, a los más vulnerables y a los más necesitados.