Uno de los nombres de junio fue George Floyd. Su cruel asesinato por parte de un policía en Minneapolis, estado de Minnesota, generó una oleada de protestas en todo el mundo, también en Roma.
Miles de personas salieron a la calle y desafiaron a la pandemia para denunciar el racismo.
En el Vaticano el Papa no pasó por alto lo ocurrido.
FRANCISCO
No podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión y pretender defender la santidad de toda vida humana.
También fue un mes de nuevos pasos en las reformas del Vaticano. Para evitar corrupción en la concesión de sus obras públicas, la Santa Sede adoptó los principios de la Convención de la ONU del 2003.
Estos indican que se debe hacer público el nombre de quienes llevarán a cabo las obras y que los proyectos no se podrán conceder a parientes de hasta cuarto grado ni a socios o afines hasta el segundo grado.
En junio el Papa aprobó la beatificación del médico venezolano José Gregorio Hernández, muy querido en Latinoamérica. Vivió entre finales del siglo XIX y principios del XX.
SILVIA CORREALE
Postuladora de la Causa de beatificación
“Una vida virtuosa como laico, una coherencia, un amor por los pobres, una figura laical, un médico con un prestigio internacional realmente llama la atención”.
Además, junio fue un mes de importantes fiestas litúrgicas. Se celebró el Corpus Domini...
...y la fiesta de San Pedro y San Pablo, patronos de Roma. Ese día el Papa recordó el ejemplo de la primera comunidad cristiana, que no se quejó ni de la persecución de Herodes.
FRANCISCO
Ninguno insulta a Herodes, y nosotros estamos muy acostumbrados a insultar a los responsables. Es inútil y también aburrido, que los cristianos desperdicien tiempo quejándose del mundo, la sociedad, de lo mal que van las cosas. ‘Pero es que este gobernante es...’ y los calificativos son muchos, no los diré, porque este no es ni el momento ni el lugar para decir lo que se escucha contra los gobernantes. Que los juzgue Dios, pero recemos por los gobernantes. Recemos. Porque lo necesitan.
Este fue un mes intenso también para Benedicto XVI, quien salió por primera vez de su retiro para dar su último adiós a su hermano. Georg Ratzinger estaba en graves condiciones de salud y el Papa emérito viajó hasta Alemania para estar con el último miembro vivo de su familia.
Javier Romero
