En junio de 2017 el cardenal George Pell decidió regresar a Australia para responder a las acusaciones de abusos. No podía imaginarse que terminaría en prisión.
Una de las consecuencias de su marcha fue la interrupción de las reformas económicas que él mismo había emprendido a petición de Francisco.
Ahora presenta en Roma sus diarios de los 404 días en la cárcel y ve con satisfacción que la reforma sigue en marcha.
CARD. GEORGE PELL
Ex-prefecto, Secretaría para la Economía (Vaticano)
“Hemos avanzado mucho. No hay duda. Hemos modernizado los procesos. Aún no es perfecto, aún no tenemos un control externo, un gran auditor externo. No recuerdo si se ha nombrado un auditor permanente en el Vaticano. Pero se han sacado a la luz muchos abusos, también gracias a las reformas que introdujimos. Ahora tenemos la posibilidad de saber dónde estamos realmente”.
El cardenal asegura que sus años en Roma, al frente de la Secretaría para la Economía fueron difíciles, incluso para su propia salud.
CARD. GEORGE PELL
Ex-prefecto, Secretaría para la Economía (Vaticano)
“Muchos me decían, incluso en pleno juicio, que me veían mejor de salud. Y creo que se explica por el hecho de estar fuera de Roma. Es agotador. Luchar para hacer las cosas bien en una burocracia es muy frustrante, muy agotador”.
Ahora confiesa que vivió con preocupación algunas fases de su trabajo, en el que no faltaron incidentes sospechosos contra sus colaboradores.
CARD. GEORGE PELL
Ex-prefecto, Secretaría para la Economía (Vaticano)
“Danny Casey era el responsable ejecutivo de la reforma, e hizo un gran trabajo. Una vez preguntó qué había pasado con 50 millones. Un día o dos después, quemaron un coche en la puerta de su casa. Quizá fuera solo una coincidencia. Los coches se incendian a menudo. Pero me pareció interesante”
Al cardenal le sigue preocupando la situación actual de las finanzas de la Santa Sede, aún más delicada a causa de la pandemia.
CARD. GEORGE PELL
Ex-prefecto, Secretaría para la Economía (Vaticano)
“En mi etapa teníamos un déficit estructural de 20 o 25 millones cada año. En los dos años previos al Covid, el padre Guerrero, mi sucesor, asegura que las pérdidas eran de 50 millones por año. No sé cómo será la situación con el Covid, quizá el doble, seguro que más de 50. Y todo con un presupuesto de más de 300 millones por año”.
George Pell fue el primer secretario vaticano para la Economía. Su sucesor es Juan Antonio Guerrero Alves. El cargo es clave en la reforma de Francisco.
Una misión titánica que ha incluido la reforma del banco vaticano, la expulsión de muchos de sus clientes, y la retirada del control de fondos reservados a la Secretaría de Estado.
Un difícil proceso de limpieza que está sacando a la luz muchos escándalos, pero que dará mayor serenidad a los Papas en el futuro.
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